CHA presenta una moción en la Comarca de Sobrarbe con propuestas para apoyar a los sectores afectados por el estado de alarma

Las consecuencias de la pandemia del COVID-19 está demostrando la importancia del autogobierno de las Comunidades Autónomas, con capacidad política y financiera, para afrontar los retos del presente y del futuro, así como el papel de ayuntamientos y las comarcas, las entidades más cercanas a la ciudadanía, que volverán a ser una pieza fundamental para reactivar la actividad económica e impulsar el bienestar social, tal como lo están siendo ya en la gestión de la actual situación de emergencia. Por ello desde CHA solicitamos que la Comarca de Sobrarbe cree mesas sectoriales con afectados por la crisis del COVID-19, hostelería, ganadería, sector sanitario…

Sólo desde aquí vamos a ser capaces de dar una respuesta más adecuada a la situación a la que nos enfrentamos para abordar el triple reto, sanitario, económico y social, al que debemos seguir haciendo frente, y es que hemos visto como las decisiones tomadas hasta ahora desde los “alejados despachos de Madrid”, no responden adecuadamente a nuestra idiosincrasia, a nuestras peculiaridades territoriales y demográficas. La prohibición del acceso a los huertos domésticos hasta recientes fechas es un claro ejemplo.

Es necesario un plan de desescalada específico que tenga en cuenta las singularidades de Aragón, con un territorio muy extenso, una población muy dispersa y unas comarcas, como la nuestra, con una baja densidad de población. Y es que es evidente que no tiene sentido mantener en el medio rural las mismas medidas que en las grandes ciudades, por lo que parece razonable que se levante antes el confinamiento en el mundo rural, puesto que el tamaño y el espacio deben importar para que las medidas sean realmente eficaces. No nos vale el “café para todos” que se ha impuesto desde Madrid.

Es imprescindible recomponer una política social capaz de “evitar que nadie se quede atrás” en estos momentos, de impulsar en Aragón un nuevo modelo de consumo y producción, bajo los principios de la soberanía alimentaria y la economía circular, y nuestro turismo sostenible, no masivo, ligado a nuestro patrimonio natural, cultural y gastronómico, apoyado por un necesario Plan Estatal para el Turismo y la Hostelería.

Es fundamental que el Estado flexibilice la rigidez de la regla de gasto y de la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera, para que las entidades locales puedan contribuir a cubrir las necesidades de las personas más vulnerables y a completar la dotación en material y efectivos de los servicios que lo hagan posible.

Es necesario que el Gobierno Central autorice a las entidades locales para que puedan hacer uso de su superávit del pasado ejercicio sin ninguna limitación, pudiendo ser destinado a cualquier tipo de actuación para desarrollar políticas propias o complementarias de otras administraciones, con el fin de paliar a corto y medio plazo la crisis sobrevenida por la pandemia.

Por último también es necesario que se suprima la tasa de reposición para que las entidades locales que han cumplido estos años con las reglas fiscales y disponen de remanentes, puedan realizar ofertas públicas de empleo y redimensionar sus mermadas plantillas por la imposición de las reglas impuestas tras la crisis económica de 2008.



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