Uesca/Huesca: CHA denuncia que no se haya aprobado aún la prometida ordenanza municipal que regule el vertido de purines

El uso de purines y estiércol como fertilizante en campos del municipio de Huesca ha provocado nuevos olores en la ciudad y las personas quejas de los vecinos y vecinas. CHA-Uesca solicitó el pasado 1 de octubre una ordenanza municipal similar a la que existe en muchos municipios para regular el vertido de purinas y disminuir en la medida de lo posible los olores y los perjuicios para la salud, y posteriormente el Alcalde de Huesca, Luis Felipe, informó de que había dado orden para que se redactara esta ordenanza, iniciativa que desde CHA aplaudimos porque consideramos y consideramos imprescindible y urgente. 

Han pasado los meses y seguimos sin contar con esta regulación, por lo que urgimos al equipo de gobierno a redactar una orden municipal, como se ha hecho en otros municipios,para regular esta práctica y disminuir las afecciones, con el objetivo de establecer medidas necesarias para, prevenir y corregir la contaminación ambiental eliminando, en la medida de lo posible, la repercusión negativa que en la calidad de vida de los vecinos y vecinas productores de las molestias, incomodidades e insalubridades generadas por el vertido de purines y estiércol. 

Desde CHA consideramos que la ordenanza debe de obligar al enterramiento de los purines y estiércol inmediatamente después del vertido, prohibiendo el mismo los viernes, sábados, domingos, festivos y sus vísperas, así como del 9 al 15 de agosto. 

Sonia Alastruey, miembro del Consello Nacional de CHA, recuerda que “incluso en municipios agrícolas está prohibido el vertido de purines y el miércoles durante los días de lluvias abundantes así como sobre terrenos de acusada pendiente, creando una zona de exclusión en una franja de 1,000 metros de ancho alrededor de los límites externos del casco urbano y complicaciones interesantes estudiar el aplicar desde ya la obligación que entrará en vigor el 20 de junio de 2020 de inyectar los purines en la tierra, porque echarlos en abanico supone que el amoniaco se volatilice y huela”. 

“Medidas similares a esta deben contemplar en una orden muy importante para un municipio que debe combinar el desarrollo del sector agroganadero y turístico”, ha concluido Alastruey.




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