01 Dic La educación y la salud sexual son un derecho
Isabel Lasobras, Secretaria General de Chunta Aragonesista y Portavoz en las comisiones de Bienestar Social, Educación y Sanidad
Aprender es un deseo cuya consecución tiene utilidad. Aprendemos para comprender, manejar, tener control, aceptar, modificar y construir. Lo que se aprende sirve para tomar decisiones, y en cuestiones relacionadas con el VIH hay que hacerlo con frecuencia.
Esta semana, como cada 1 de diciembre, conmemoramos el día mundial del sida, apoyando a las personas con el VIH y recordando también a todas aquéllas que han fallecido por enfermedades relacionadas con el sida. Estos días, reflexionamos – o debiéramos reflexionar – sobre los grandes avances científicos logrados (no tanto los sociales) y los muchos retos pendientes que tenemos como sociedad en el ámbito de la salud sexual.
Estos días pasados, las Cortes de Aragón debatieron, a instancia del grupo parlamentario de Chunta Aragonesista, una proposición no de ley que instaba al Gobierno de Azcón a garantizar el derecho de todas las personas a una vida sexual saludable, informada y libre de estigmas, y a la vez, adaptar los recursos y políticas a las necesidades particulares de la población.
Aragón no cuenta con programas de educación sexual integrales, eficientes, transversales y de calidad en centros educativos. Y esto es una realidad que sabemos cualquier persona con adolescentes y jóvenes en casa. Y, aunque es quizás un momento en el que la información es más accesible que nunca, la sociedad en su conjunto, y particularmente la juventud, sigue estando desinformada o mal informada sobre su propia salud sexual.
Hablar de salud sexual implica abordar el bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad, algo que va mucho más allá de la ausencia de enfermedades. Para que exista una salud sexual plena es necesario que la ciudadanía cuente con una administración pública que trabaje desde un enfoque positivo de la sexualidad basado en evidencias científicas que ofrezcan un acceso real a información fiable sobre sexo y sexualidad, a recursos de prevención, a métodos de detección precoz y a tratamientos oportunos y de calidad.
El estigma en torno a las ITS y, en especial, al VIH, se ha mantenido vivo en el imaginario social, obstaculizando la voluntad de las personas de informarse y buscar ayuda, pero sin un impulso realmente eficiente de políticas públicas que promuevan programas de educación sexual y campañas informativas y de concienciación no se logrará una transformación de este paradigma.
Desde Chunta Aragonesista consideramos que el derecho a una vida sexual saludable y segura incluye también el derecho a participar en la creación de las políticas que afectan directamente a este ámbito. Por esta razón, promovemos la participación activa de las personas, entidades y asociaciones LGTBI, así como de otras organizaciones especializadas en salud sexual porque consideramos que su implicación en el diseño e implementación de políticas es, y ha sido, fundamental. Sus experiencias y conocimientos deben trasladarse a las políticas públicas para dotar a las administraciones públicas de fuentes fiables en las que apoyarse y adecuar sus servicios y protocolos.
Para que Aragón avance hacia una sociedad libre de estigmas en torno a la salud sexual es esencial el compromiso público en todos los niveles. Las propuestas deben asentarse en enfoques integrales, donde la educación sexual, la detección precoz, la inclusión y la participación activa se articulen para garantizar el derecho de todas las personas a una salud sexual plena. La educación y la salud sexual son un derecho y no un privilegio. Tampoco son un negocio.