35 años en política por, para y desde Aragón

Joaquín Palacín, Presidente de Chunta Aragonesista

El 29 de junio de 1986 un grupo de personas provenientes de diferentes ámbitos: progresistas, feministas, culturales, ecologistas y aragonesistas, decidieron unir sus esfuerzos para constituir CHA como un partido político. Se tenía la profunda convicción de tener por delante un reto tan enorme como complejo: construir un proyecto ilusionante y de futuro cuya prioridad política fuese Aragón.

Quienes fundaron este partido pretendían ofrecer una alternativa a lo existente en nuestro panorama político. Un soplo de aire fresco que sirviera para recuperar nuestra identidad y autoestima. Recobrando el orgullo de ser y sentirse de aquí, con los valores democráticos y progresistas por bandera.

35 años después hay que mirar por el retrovisor, lo primero para agradecer el trabajo de las miles de personas que han colaborado con este proyecto, pero también hay que releer nuestro pasado para aprender de los aciertos y los desaciertos, rectificando en los errores cometidos.

Contacto con la ciudadanía, cercanía, participación, honradez y transparencia deben seguir siendo esencia de nuestro proyecto político, un partido creado aquí, con nuestra gente, para dar respuesta a los problemas de Aragón. Nuestra prioridad política es la misma que cuando se fundó este proyecto, pero hay que ir actualizándola con nuevas propuestas, adaptadas a las necesidades de ahora, con el mismo nivel de reivindicación, para afrontar los retos en este escenario diferente que se abre tras la pandemia.

Este futuro para Aragón pasa por tres cuestiones esenciales: saber qué queremos hacer para alcanzar esos objetivos, cómo priorizar las propuestas y, especialmente, contar con los recursos económicos con qué financiarlos. Este es el nudo gordiano que necesita ser desatado para hacer realidad cualquier teoría propuesta. Nuestra “agenda” debe incluir como prioridad conseguir un mayor poder político para el gobierno aragonés, una mejor financiación y, por tanto, un aumento de las inversiones públicas.

Tenemos que reclamar el desarrollo completo del actual Estatuto de Autonomía de Aragón, paralizado desde 2007, para incrementar nuestra capacidad de decisión. Nos enfrentamos al problema crucial que supone la falta de cumplimiento del artículo 108 de nuestro Estatuto, sin renunciar a nuestra condición foral: “La Administración General del Estado y Aragón suscribirán un acuerdo bilateral que deberá tener en cuenta el esfuerzo fiscal y que atenderá singularmente los criterios de corresponsabilidad fiscal y solidaridad interterritorial”.

Es necesario avanzar hacia la justicia social, con un modelo de cuidados para menores y mayores más digno, con unas políticas energéticas capaces de preservar el paisaje, con una economía basada en el aprovechamiento de los recursos propios. Necesitamos una educación y sanidad con el soporte público adecuado, un marco de actuación que permita un empleo digno, con las demandadas infraestructuras digitales, imprescindibles para estos nuevos tiempos. Hay que garantizar el derecho de las personas a poder vivir en su pueblo, si así lo quieren. El feminismo, la ecología, la solidaridad internacional, la cultura, el patrimonio histórico-artístico, también deben conformar nuestras políticas…

En Aragón tenemos una realidad demográfica y territorial diferente que provoca un mayor coste a la hora de prestar los servicios públicos. No es lo mismo construir y mantener un equipamiento educativo en la periferia de la M-50, que poder disponer de este servicio esencial en los valles pirenaicos o en las serranías turolenses. Nunca esta realidad se ha tenido en cuenta en los sistemas de financiación del Estado. La cuestión fiscal e impositiva debe reformarse para que, por fin, se haga realidad aquello de pagar más los que más tienen y no los de siempre.

Y hay más ejemplos puntuales que demuestran la necesidad de una fuerza política que piense por, para y desde Aragón:

Debemos participar, como gobierno, en la gestión de los 10.000 millones en fondos europeos para avanzar en la cohesión territorial, por la revitalización de nuestras comarcas. Hay que conseguir para nuestro territorio la construcción de una fábrica de baterías para automóviles, el primer gran proyecto industrial a impulsar con la ayuda de los fondos de la Unión. El Gobierno de España tiene que implantar, por fin, en todo Aragón un servicio de ferrocarril convencional a la altura de este siglo, con la mejora de las frecuencias, los horarios y el material rodante, donde el proyecto de la reapertura del paso del Canfranc se vea ya en un horizonte temporal más cercano o proseguir con el desarrollo de toda la actividad económica impulsada por el aeropuerto de Teruel y lograr que también pueda ser la base de la nueva Agencia Espacial, por el positivo impacto en I+D+I que supondría…

Así que todas las manos son necesarias para tratar de conseguir estos retos de un futuro que ya es presente. Necesitamos más fuerza política aragonesa para decidir desde aquí, sin imposiciones externas, para resolver nuestras verdaderas necesidades. CHA debe contribuir a que el orgullo de lo propio nos permita avanzar hacia una sociedad solidaria, plena de derechos y libertades.



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