En defensa de la sierra de Santo Domingo

Isabel Lasobras Pina, Secretaria General de Chunta Aragonesista

A lo largo de nuestra trayectoria política, camino de los 40 años, uno de los valores esenciales ha sido es y será el compromiso con la defensa del territorio y el medio ambiente.

Se ha demostrado con hechos que nuestra prioridad política es siempre la protección de los valores naturales, culturales y sociales de Aragón frente a cualquier amenaza, por poderosa o tecnificada que sea. En este sentido, la oposición a grandes proyectos innecesarios y con graves consecuencias ambientales ha sido una constante, porque cuidar el territorio es cuidar a las personas que lo habitan.

Hoy nos encontramos ante un nuevo caso que exige coherencia, valentía y acción decidida: el proyecto de tendido eléctrico que pretende conectar Agüero (en la Plana de Uesca) con Fuencalderas (en las Altas Cinco Villas), atravesando la Sierra de Santo Domingo. Una iniciativa innecesaria y sobredimensionada, que plantea la instalación de una línea de media tensión de 15 kV, con 54 torretas metálicas y más de ocho kilómetros de cableado, cruzando un entorno de alto valor ecológico y paisajístico, parte de la Red Natura 2000, y hábitat de especies protegidas como el quebrantahuesos y el milano real.

Lejos de suponer un beneficio para el desarrollo rural, este tipo de actuaciones lo hipotecan. Se daña el paisaje, se pone en riesgo la biodiversidad y se desincentiva el turismo de naturaleza, uno de los pocos motores económicos sostenibles que subsisten en esta zona. A ello se suma el agravio histórico que padecen estos territorios, habitualmente olvidados en las inversiones públicas estructurales, y sin embargo vulnerables a los grandes intereses energéticos que no entienden de equilibrio ni de justicia territorial.

Frente a este panorama, la respuesta no se ha hecho esperar. La ciudadanía organizada en plataformas vecinales como Pueblos Vivos Altas Cinco Villas ha sabido estar a la altura, formulando más de 2.000 alegaciones, movilizando a ayuntamientos, colectivos ecologistas y vecinos en defensa de su entorno. Un clamor legítimo y justificado que merece una respuesta institucional a su misma altura.

Y ahí es donde una organización política como la nuestra ha dado un paso adelante, articulando una estrategia clara basada en tres ejes: diálogo constante con las plataformas vecinales, coordinación interna entre las estructuras comarcales, y una acción parlamentaria firme. No se trata solo de decir no, sino de argumentar, de plantear alternativas y de exigir al Gobierno de Aragón explicaciones concretas: ¿cuáles son los criterios técnicos, sociales y ambientales que avalan este trazado? ¿Cómo encaja en las políticas de conservación y fomento del turismo verde que el propio Ejecutivo proclama?

Como se ha dicho, más de una vez, en sede parlamentaria, “defender el medio ambiente no es una opción política, es una obligación moral con las generaciones presentes y futuras”. Esa frase, resume con claridad el espíritu que impulsa esta oposición: no se trata de frenar el progreso, sino de garantizar que este se construya sobre bases sostenibles, respetuosas y compartidas.

La Sierra de Santo Domingo no necesita torres metálicas ni cables cruzando sus barrancos. Necesita respeto, inversión adecuada y políticas que pongan en valor su extraordinaria riqueza ambiental. Necesita, en definitiva, que quienes toman decisiones escuchen al territorio y comprendan que no todo vale en nombre de un supuesto interés general.

Quienes defendemos Aragón desde la raíz, desde cada rincón de sus pueblos y comarcas, así seguiremos haciéndolo. Porque el territorio no se negocia. Se defiende.



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