Errores a evitar

Javier Carbó, secretario territorial de CHA en las comarcas turolenses

Una vez más, el Gobierno de Aragón ha demostrado su falta de sensibilidad hacia los pequeños municipios aragoneses, esos que conforman el corazón del medio rural y que, a pesar de ser los guardianes de nuestra tierra, quedan excluidos de las políticas públicas que deberían protegerlos.

Desde CHA queremos expresar nuestra profunda preocupación por la insuficiente y desigual gestión de las ayudas que el Gobierno había anunciado para apoyar a los municipios de menos de 350 habitantes.

Lo que en un principio fue presentado como una medida esencial para frenar la despoblación y promover el desarrollo local, ha acabado revelando una gestión ineficaz. Los números hablan por sí solos: de los 461 municipios que solicitaron una subvención, solo 51 han recibido alguna ayuda. Peor aún, únicamente 32 localidades han visto sus solicitudes totalmente satisfechas, mientras que otras 19 apenas han recibido un apoyo parcial. Esto significa que más de 400 municipios, en su mayoría enfrentados a serios retos económicos y demográficos, han quedado completamente fuera del programa.

Este hecho pone de manifiesto, una vez más, que las promesas de este Ejecutivo no se traducen en soluciones reales. Es hora de que el Gobierno de Aragón asuma su responsabilidad con el mundo rural y aporte soluciones que vayan más allá de los anuncios y promesas vacías. No es aceptable que se convoquen ayudas que generen expectativas en casi 500 municipios y que luego se dote el programa con apenas 350.000 euros, un monto claramente insuficiente para cubrir las necesidades reales de estas localidades.

Este tipo de acciones, que parecen más orientadas a llenar titulares que a ofrecer soluciones efectivas, tienen consecuencias directas sobre los municipios más pequeños, aquellos que más apoyo necesitan. Al convocar ayudas con partidas tan limitadas, no solo se genera frustración, sino que también se añade una carga administrativa innecesaria sobre los funcionarios locales, que ya de por sí están saturados de trabajo. En lugar de simplificar los trámites y ofrecer un apoyo incondicionado a los ayuntamientos, especialmente a los más pequeños, se siguen impulsando planes que acaban repartiendo migajas.

El régimen de subvenciones actual debe ser revisado. No es sostenible seguir convocando ayudas que apenas cubren a un pequeño porcentaje de los municipios solicitantes. Es necesario replantear estas políticas y apostar por un modelo que realmente responda a las necesidades del medio rural. No basta con prometer igualdad de acceso a los servicios básicos para quienes viven en el medio rural si luego no se dispone de los recursos suficientes para garantizar ese acceso.

El reto demográfico al que se enfrentan muchos de nuestros municipios no puede ser ignorado. La despoblación, la falta de oportunidades económicas, la ausencia de servicios y la creciente carga administrativa son problemas que afectan a las pequeñas localidades de forma desproporcionada. Estos municipios necesitan más que gestos simbólicos; necesitan un compromiso real, que se traduzca en políticas efectivas y en recursos suficientes para abordar sus problemas de fondo.

Hay que conseguir una ampliación inmediata de la dotación presupuestaria destinada a este tipo de programas. No es suficiente con reconocer que hay un problema, hace falta actuar. Y esa acción debe empezar por dotar a los municipios de los medios económicos y materiales necesarios para poder desarrollar su actividad de manera autónoma, sin tener que depender de ayudas insuficientes o programas mal diseñados que no responden a las necesidades del territorio.

El medio rural no puede esperar más promesas vacías. Necesitamos acciones concretas y, sobre todo, una dotación presupuestaria acorde con los retos a los que nos enfrentamos. Si no se actúa de inmediato, el precio a pagar será alto: la despoblación seguirá avanzando y con ella, la pérdida de nuestra identidad rural. Es hora de que el Gobierno de Aragón esté a la altura de sus responsabilidades y cumpla con su deber hacia las localidades que conforman el alma de nuestro territorio.



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