
25 Mar Jorge Pueyo promueve un programa de vivienda en el medio rural
Frente a la despoblación provocada por un modelo económico de colonialismo interior, el portavoz de reto demográfico del Grupo Plurinacional Sumar propone crear nuevas viviendas, ayudar al alquiler y la rehabilitación, y fomentar la autopromoción y el cooperativismo en las CCAA con menor densidad demográfica: «Seguiremos luchando por que regresen los que dejaron su tierra».
Esta mañana ha comparecido ante los medios de comunicación acreditados en el Congreso el diputado de CHA y portavoz de Reto Demográfico del Grupo Plurinacional Sumar, Jorge Pueyo, para presentar una iniciativa sobre la necesidad de desarrollar una política específica de vivienda en el medio rural: «Se habla del mundo rural como una tierra olvidada, sí, pero sobre todo somos territorios convertidos deliberadamente en lo que denominan economistas de derechas y de izquierdas de Madrid “territorio de sacrificio”. Y así ha sido para Galiza, Extremadura o Aragón que siguen sufriendo ese modelo económico desde principios del siglo XX. Es la evolución del modelo económico español del que hablaba Joaquín Costa en Oligarquía y caciquismo a principios de ese siglo. Es la versión 2.0. De lo que hablamos aquí es de que somos víctimas del denominado colonialismo interior o interno, un término utilizado por la revista Andalán y por Lafont para referirse a la situación económica y política de Occitania durante el siglo XX, y es la misma situación».
Pueyo ha explicado las características que definen ese concepto de colonialismo interior: «1) Desposesión industrial y jóvenes que tienen que migrar fuera (en Aragón no tenemos el paro bajo por méritos propios, sino porque más de medio millón de aragoneses se han tenido que ir fuera con nuestro futuro); 2) Primacía de las industrias extractivas sobre las de transformación (pantanos, macroproyectos, pero ninguna sede de empresas); 3) Desposesión del terreno agrícola (ahora en manos de fondos de inversión o del oligopolio eléctrico); 4) Desposesión de los circuitos de distribución, salvo que intervenga en los estatales e internacionales (tenemos el AVE, pero porque Zaragoza está entre Madrid y Barcelona, y aún tenemos el Canfranc cerrado); 5) Desposesión de los recursos turísticos enfrentándolo a la población y desposesión de la cultura propia (en Aragón unido a la mayor presión de militares por habitante de todo el Estado); y 6) Crisis demográfica. La despoblación es la consecuencia, el modelo económico es el colonialismo interno. Y estamos tomando medidas para evitarlo. Desde el Grupo Plurinacional Sumar hablamos de ofrecer servicios públicos básicos a 30 minutos, de políticas de movilidad (autobuses, trenes, carreteras…), incluso de proyectos de desarrollo en el medio rural, de lucha contra las macrorrenovables o de alternativas de empleo, pero la prioridad es la necesidad de vivienda en estas áreas».
«El acceso a la vivienda en estas zonas es uno de los factores críticos. En el mundo rural se unen varios factores: las viviendas están obsoletas, falta de rehabilitación, el reducido parque de viviendas en alquiler asequible y el escaso desarrollo de nuevas construcciones. Esto dificulta la atracción y retención de nuevos residentes, especialmente de jóvenes y de familias. Frente a esta situación, es necesario un enfoque innovador y adaptado a las necesidades del territorio. Incluso conocemos el perjuicio de la turistificación en algunas zonas (como en el Pirineo aragonés, donde el precio de la vivienda en Formigal es el más alto del Estado, y donde los trabajadores de temporada deben vivir en autocaravanas). También hay que reconocer las limitaciones de gestión y de recursos técnicos a las que se enfrentan los municipios rurales de reto demográfico. Estas entidades locales, debido a su escasa capacidad administrativa y financiera, tienen dificultades para acceder y gestionar fondos europeos y otras ayudas destinadas a la rehabilitación y regeneración urbana», ha explicado el diputado aragonesista.
«Por eso desde CHA hemos elaborado esta propuesta. Proponemos la puesta en marcha de un Programa Integral de Vivienda Rural y Reto Demográfico, con los siguientes objetivos: a) Creación de nuevas viviendas sostenibles en municipios afectados por la despoblación, orientadas exclusivamente a uso residencial permanente, no turístico; b) Ayudas al alquiler y a la rehabilitación de viviendas existentes, facilitando el acceso a jóvenes, familias y profesionales que deseen establecerse en el medio rural; c) Fomento de la autopromoción y el cooperativismo como formas innovadoras, participativas y asequibles de acceso a la vivienda, en línea con los principios de sostenibilidad y colaboración territorial; y finalmente d) creación, en colaboración con las Comunidades Autónomas, de oficinas territoriales o comarcales de gestión que acerquen los recursos y la asistencia técnica a los municipios rurales, garantizando la correcta implementación del programa y un seguimiento efectivo. Se podrían aprovechar los centros de desarrollo rural vinculados a fondos FEDER, FEADER, LEADER…, que son equipos que se ha demostrado que funcionan y que podrían gestionar lo que los pequeños Ayuntamientos no pueden por carecer de medios», ha explicado Jorge Pueyo. «En todo caso, este programa podría implementarse inicialmente en las Comunidades Autónomas que presentan una densidad demográfica inferior a los 30 habitantes por km2 (recordemos que la media estatal está en los 93,67 hab./km2): se trata de Castilla y León (25,30), Extremadura (25,32), Castilla-La Mancha (26,23) y Aragón (28,11). Y extenderse al resto de zonas en riesgo demográfico, una vez analizado el éxito del programa».
Pueyo ha concluido con estas palabras: «Con esta medida pretendemos no sólo marcar una posición en una proposición no de ley sino transformarla, de la mano de la Secretaría de Estado de Reto Demográfico, en una realidad, pudiendo invertir más de 50 millones de euros en vivienda si conseguimos que, de una vez, este Gobierno elabore unos Presupuestos Generales del Estado y pase de la política de aguantar por aguantar, a la acción, y que todos aquellos que se vieron forzados a dejar Aragón, de dejar su casa, puedan volver y tener proyectos de vida dignos construyendo junto a los suyos, codo con codo, el pueblo que nunca quisieron haber dejado. Y, como cantaba Labordeta, seguiremos luchando por que regresen los que dejaron su tierra».