20 Mar La ciudad sin tren
Javier Carbó Cabañero. Secretario Territorial de Chunta Aragonesista en las comarcas turolenses
Haciendo referencia al artículo de opinión de Javier Silvestre, “El tren de la Bruja”, no cabe duda de que a nadie se le escapa que el tren turístico no es lo que parece.
Esa percepción de que es la gallina de los huevos de oro esconde, en realidad, otra mala gestión municipal. La precariedad laboral y la falta de mantenimiento del vehículo pueden acabar matando a la gallina.
Es incomprensible el trato que recibe esta actividad turística, camuflando la realidad bajo la imagen amable del tren turístico. Para ello, el equipo de gobierno no escatima en elogios al publicar los supuestos buenos resultados en cuanto al número de usuarios, además de animar a comercios y empresas a contratar espacios publicitarios en el vehículo. “Una inversión rentable por la cantidad de receptores potenciales que captan el mensaje publicitario, ya que el tren recorre hasta ocho veces al día buena parte del circuito urbano turolense”, afirman.
Podríamos corroborar que es el servicio público más rentable del consistorio desde el punto de vista económico. Con una capacidad de 68 plazas por viaje y un precio de 4 € para menores de 10 años y mayores de 65, y de 5 € para el resto de los pasajeros, si tomamos como referencia los 41.683 usuarios —datos oficiales publicados por el consistorio al cierre del ejercicio 2024— y añadimos los ingresos por publicidad, ¿cuánto se pierde cada día que el tren está parado?
Esto no es nuevo. Cualquiera puede ver que estas cifras se corresponden con la realidad: la alta ocupación del tren (casi siempre lleno) y el número de viajes que realiza por el circuito urbano turolense, hasta ocho veces al día, confirman que realmente es la gallina de los huevos de oro.
Desde Chunta Aragonesista, ya en 2022 planteamos una enmienda en el presupuesto del Ayuntamiento de Teruel para la adquisición de un nuevo vehículo por valor de 70.000 €, más moderno y seguro. Además, sería eléctrico, menos ruidoso y menos contaminante, con el objetivo de avanzar hacia la humanización del tráfico en la ciudad. Era una inversión asumible económicamente y amortizable en un breve periodo de tiempo, más aún con las cifras que se manejan. Sin embargo, la propuesta fue rechazada.
Este equipo de gobierno ha exprimido tanto a la gallina de los huevos de oro que, al final, le ha sacado las entrañas. Nada nuevo, pues esto no es más que otro ejemplo de la continua mala gestión de los recursos y servicios municipales. En algún momento, tendrán que empezar a asumir responsabilidades: la culpa no puede ser siempre de los demás.