Ni un paso atrás en derechos LGTBI

Hasta hace más o menos un lustro, cuando hablábamos de violaciones de los derechos humanos de las personas LGTBI en el mundo, lo hacíamos mirando al otro lado del Mediterráneo, y particularmente a países como Nigeria o Irán, o a una Rusia que comenzaba a preocuparnos por estar viviendo un vergonzante retroceso.

Para la esfera ultra es muy sencillo criticar la espectacularidad de las penas de cárcel o los asesinatos públicos de personas LGTBI en determinados países, mientras sus agendas están llenas de recortes en derechos en los países en los que hasta ahora era razonablemente seguro ser lesbiana, gay, bisexual o trans.

En 2019, Polonia, Estado miembro de la Unión Europea, declaró parte de su territorio como “zona libre de ideología LGTBI”, que en la práctica supone la prohibición de la presencia pública del colectivo, de su expresión y de sus reivindicaciones.

Y sin irnos más lejos, asistimos con preocupación al recorte de contenidos y alcances de la legislación LGTBI de la Comunidad de Madrid, al mantenimiento del veto parental en la Región de Murcia, facultando a las familias a vetar actividades de centro, que contempladas en su propia legislación, educan en diversidad, a la prohibición de talleres de sensibilización, la censura cultural relacionada con la comunidad o la retirada de simbología LGTBI en bancos, plazas o pasos de peatones en muchos municipios del Estado español.

Un año más, desde Chunta Aragonesista conmemoramos el 17 de mayo como Día Internacional contra la LGTBIfobia, comprometiéndonos a estar vigilantes para que la ola de recortes en materia LGTBI no llegue a Aragón y a garantizar que nuestro país continúe siendo un espacio amable para que todas las personas podamos desarrollar nuestros proyectos de vida en libertad, de forma segura y en igualdad de oportunidades con respecto al resto de la ciudadanía. Esto pasa por rechazar de lleno el veto parental en las actividades educativas extracurriculares, la última amenaza para la diversidad que quiere perpetrar el actual Gobierno.

Y miramos al exterior con preocupación, desde el prisma de la cooperación para el desarrollo, con objeto de que este deseo para nuestro país sea también una realidad en el resto del mundo.

El aragonesismo de izquierdas que representamos aboga por poner fin a la ola liberticida y uniformizadora que nos llega desde aquellas opciones políticas que defienden una única visión de la persona, un único modelo de familia, un único estilo educativo o una única forma de ocupar el espacio público.



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