14 de abril – En homenaje a quienes defendieron los valores de la República

Libertad, como el bien más preciado del ser humano, entendida tanto individual como colectivamente.

Igualdad ante la Ley, igual para todas y todos, incluida la Jefatura del Estado.

Fraternidad, como principio inspirador de los Derechos Humanos y la aportación a la causa común de las sociedades.

Laicidad, entendida como aconfesionalidad del Estado, separando poder público y religioso, respetando y ciñendo las prácticas religiosas al ámbito privado, en el marco de la libertad personal.

En este momento sufrimos una pandemia de consecuencias políticas, sociales y económicas aún desconocidas. Desde Chunta Aragonesista plantearnos un marco político en el que Aragón pueda adaptar sus decisiones a su realidad demográfica y territorial, dentro de una organización federal del Estado en la que los distintos pueblos se relacionen sobre la base de la solidaridad, la justicia y los valores inherentes a la república.

Ello nos lleva a trabajar día a día por el impulso de los servicios públicos, como la Sanidad, la Educación o los Servicios Sociales, como garantes de la igualdad de toda la ciudadanía; a vencer la lacra que suponen los asesinatos machistas; a generar más Cultura como motor del desarrollo del pensamiento crítico; junto a nuevos retos como el impulso de una economía pegada al territorio, el apoyo a la agricultura sostenible y de proximidad, recuperando la soberanía productiva; la defensa de nuestras libertades individuales y la garantía de unos servicios mínimos de acceso a la cultura e Internet, independientemente del lugar de residencia.

Por último, y en pleno estado de alarma, con una situación sanitaria que afecta especialmente a nuestros mayores, recordamos y expresamos el mayor abrazo posible a esa generación que tan difícil lo ha tenido a lo largo de su existencia y que desde la infancia tuvieron que luchar ante las situaciones más adversas, algunos con el añadido del sufrimiento por defender las libertades republicanas y nuestro futuro durante cuarenta años de una dictadura fascista y genocida.

Esos niños ayer, hoy personas mayores, se merecen todo nuestro cuidado y reconocimiento, pues nunca imaginaron que al final de su sacrificada vida de cuidados, después de darlo todo por una sociedad mejor y más libre, tendrían que enfrentarse desde la extrema vulnerabilidad al terrible miedo invisible y a la muerte. Por ellas y ellos seguimos adelante, con memoria y respeto, y con el compromiso firme de luchar por un futuro que ilumine una República Federal basada en los valores de Libertad, Igualdad, Fraternidad y Laicidad.



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