8 de marzo en Aragón: Derechos, Igualdad y Empoderamiento

Isabel Lasobras Pina, Secretaria General de Chunta Aragonesista

El 8 de marzo de 2025 celebramos el Día Internacional de la Mujer. Este año, el mensaje es claro: no podemos dejar a nadie atrás en la lucha por la igualdad de género. Todas las mujeres, sin distinción, merecen el reconocimiento y el ejercicio pleno de sus derechos.

Este 2025 también marca el 30º aniversario de la Declaración de Beijing, un documento clave que ha impulsado avances significativos en la protección jurídica, el acceso a servicios esenciales, la participación política de las mujeres y la transformación de normas y estereotipos obsoletos. Sin embargo, queda un largo camino por recorrer. Es esencial que gobiernos, medios de comunicación, empresas y sociedad civil se comprometan activamente con la promoción de los derechos de las mujeres y la igualdad de género.

Uno de los pilares fundamentales en esta lucha es el acceso pleno y seguro a los derechos sexuales y reproductivos. Estos derechos garantizan que cada persona pueda tomar decisiones informadas sobre su vida sexual y reproductiva, asegurando el acceso a anticoncepción, información veraz y servicios de salud adecuados, incluyendo la interrupción voluntaria del embarazo en condiciones seguras y dignas.

En Aragón, el acceso a estos derechos enfrenta barreras preocupantes. A pesar de que la Ley Orgánica 2/2010 garantiza el derecho al aborto en condiciones de seguridad y dignidad, en la práctica, el acceso sigue estando condicionado por la falta de centros sanitarios públicos que realicen interrupciones del embarazo.

Más del 90% de estos procedimientos se llevan a cabo en clínicas privadas acreditadas en Zaragoza, mientras que en Huesca y Teruel no existe ninguna infraestructura que ofrezca este servicio. Como consecuencia, muchas mujeres deben desplazarse a otros lugares, limitando su capacidad de ejercer un derecho que debería ser garantizado de manera equitativa por el sistema público de salud.

Además de la falta de recursos públicos, la desinformación sigue siendo un obstáculo clave. Muchas personas desconocen sus derechos sexuales y reproductivos, lo que impide que tomen decisiones informadas y perpetúa desigualdades estructurales. La ausencia de información precisa puede llevar a que las mujeres enfrenten sus opciones con miedo e incertidumbre, en lugar de con la confianza y seguridad que deberían tener garantizadas.

Es inaceptable que en una sociedad que se dice avanzada y comprometida con la igualdad, las mujeres sigan enfrentando trabas para ejercer derechos fundamentales.

El 8 de marzo no es solo un día para conmemorar; es un momento para la acción. Es hora de que las instituciones públicas cumplan con su responsabilidad de garantizar los derechos de todas las mujeres en toda su diversidad, sin excusas ni retrocesos.

La igualdad de género no es un favor ni una concesión, es un derecho innegociable.



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