Aragón, ante el 1º de mayo

Isabel Lasobras, Secretaria General de Chunta Aragonesista

Este primero de mayo vuelve a ser una fecha para reivindicar por nuestros derechos laborales. El momento de demandar mayores avances en la dignidad de las condiciones de trabajo. El tiempo de continuar con una reclamación justa de un empleo decente para todas las personas, en todos los lugares del mundo.

Estando todavía sufriendo las consecuencias sociales, sanitarias y económicas provocadas por la pandemia, se nos solapa, lamentablemente, otra crisis: la generada por la decisión del Gobierno ruso de invadir Ucrania.

Los valores democráticos deben abogar siempre por los acuerdos para dirimir los conflictos. La paz entre los pueblos y la solidaridad son objetivos del movimiento obrero a lo largo de la historia. La guerra es la constatación permanente del fracaso de la política, el lugar donde siempre pierden las personas que están situación de una mayor debilidad, donde solo ganan quienes acumulan un mayor poder económico y político.

Al drama humanitario se añade la incertidumbre provocada en nuestro sector productivo con la falta de suministros básicos para diversos sectores económicos o con el alza del precio de la electricidad, con todas sus preocupantes afecciones para el tejido comercial y empresarial. Las personas con menos recursos son nuevamente las más afectadas. Una situación usada y manoseada, sin escrúpulos, precisamente por quienes no tienen en la justicia social uno de sus objetivos políticos. Solo pretenden atraer a su causa partidista a todos estos sectores más desfavorecidos.

En Aragón tenemos motivos suficientes para seguir reivindicando. Es imprescindible ser más exigentes, adaptarnos a la realidad, innovar, renovar nuestras antiguas reclamaciones para lograr nuevos derechos laborales, mejorando las condiciones de empleo. Debemos buscar un reparto más equilibrado, con políticas fiscales progresivas, entre todas las rentas.

Y es que estamos en Aragón ante una situación donde se hace necesario un cambio de modelo productivo. Debemos aprovechar las ayudas públicas europeas para impulsar el deseable cambio digital, sostenible e inclusivo, para que ninguna persona de ningún lugar de nuestro territorio se quede atrás.

Debemos ser ejemplo permanente de un nuevo “contrato social” por la igualdad de las mujeres: aprobando políticas de corresponsabilidad real, impulsando la puesta en marcha de planes de igualdad, eliminando la brecha salarial, abogando por las políticas de apoyo social y laboral para las personas víctimas de agresiones machistas y también para las mujeres que sufren la tortura de la explotación sexual, la trata y la prostitución.

Igualmente nuestras prioridades políticas deben pasar por el apoyo a las PYMES, las personas autónomas, a todo el sector de la economía social y solidaria aragonesa. Debemos contribuir a consolidarlas como la base de nuestro tejido productivo, ya que generan empleo estable y de calidad en todas nuestras comarcas.

Es necesario seguir reclamando por un marco normativo aragonés propio que regule las relaciones laborales y la negociación colectiva para garantizar que no se recorten los derechos laborales.

Todas estas políticas deben enmarcarse dentro de un fortalecimiento de nuestro sistema público y social aragonés.

Y lograrlo dentro del marco de un permanente diálogo social con todos los sectores implicados, garantía imprescindible para que los acuerdos se lleven a cabo.

Si damos una respuesta paulatina a las demandas laborales, si conseguimos que la sociedad participe y perciba en las decisiones de sus gobiernos y parlamentos un compromiso coherente por las necesarias mejoras sociales, estaremos contribuyendo, sin lugar a dudas, a fortalecer nuestro sistema democrático.



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