CHA denuncia el lamentable estado de la Plaza General Alsina de Huesca

“Desgraciadamente la imagen que ofrece esta plaza del casco antiguo en estos momentos es desoladora, con numerosas piezas de piedra de los escalones arrancadas y rotas, esparcidas por el suelo, por lo que instamos al Ayuntamiento de Huesca a realizar una actuación urgente para evitar que se ofrezca esta imagen de abandono y dejadez”, ha explicado la coordinadora de CHA-Uesca, Sonia Alastruey

La Plaza General Alsina es uno de los rincones más atractivos de nuestra ciudad. Ubicada junto al Museo de Huesca acoge en época estival proyecciones de cine y en ella tiene lugar el Festival iberia@huesca.folk.

Para aumentar su atractivo, desde el pasado verano el portón de muelle de carga del Museo de Huesca, que da a esta plaza, luce una reproducción del cuadro de “La Campana de Huesca”, del artista urbano oscense Edd Bhurton, mediante técnica de spray, con unas dimensiones de alrededor de los tres metros de alto por siete de ancho.

Ahora el icónico cuadro de “La Campana de Huesca” no solo se puede admirar en el Salón del Justicia del Ayuntamiento de Huesca, donde la obra original de Casado del Alisal de 1880 está en depósito cedida por el Museo del Prado, sino que oscenses y visitantes también pueden contemplar, una parte de él, en esta plaza, otra razón para acercarse hasta ella.

Pero desgraciadamente la imagen que ofrece esta plaza del casco antiguo en estos momentos es desoladora, con numerosas piezas de piedra de los escalones arrancadas y rotas, esparcidas por el suelo. “Resulta incongruente que pongamos en valor esta plaza con este maravilloso mural y luego el marco esté totalmente abandonado, después nos sorprenderemos por la mejorables cifras de turistas que se hospedan o visitan nuestra ciudad, cuando no sabemos tener en condiciones algunos de sus rincones más icónicos”, ha afirmado Sonia Alastruey.

La coordinadora de CHA insta al Ayuntamiento de Huesca a realizar una actuación urgente en esta plaza para evitar que se ofrezca esta imagen de abandono y dejadez, que los oscenses no nos merecemos.



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