CHA recuerda al Alcalde de Huesca que en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática de Aragón tiene hasta noviembre para eliminar denominaciones franquistas de nuestras calles

El callejero de Huesca requiere de forma urgente de una revisión y depuración rigurosas, eliminando denominaciones de golpistas y franquistas que avergüenzan a los demócratas cuando se conocen los detalles de las referencias que dan nombre a algunas de nuestras calles.

Hasta el próximo mes de noviembre tienen los ayuntamientos plazo para cumplir el apartado d) capítulo VII de La Ley 14/2018 de 8 de noviembre, de Memoria Democrática de Aragón para la retirada de “denominaciones de calles, vías o lugares públicos que rindan homenaje a militares o políticos afectos al golpe de estado o al régimen franquista”.

El listado en Huesca es extenso, desde los Porches, conocidos en primer lugar como de Verdejo, posteriormente de Vega Armijo y ahora, de Galicia, que no están refiriéndose precisamente a la nación gallega, sino a la Legión Gallega, integrada fundamentalmente por falangistas;  o un espacio que popularmente aún se conoce como Plaza de Zaragoza, y que fue rebautizado por el ayuntamiento franquista como Plaza de Navarra, (exaltando a los Requetés del Tercio de Doña María de las Nieves); la calle Voluntarios de Santiago (cuerpo paramilitar que apoyó a los golpistas contra la República), calle Rioja (en recuerdo a la presencia en la ciudad de falangistas de Logroño que vinieron a Huesca a reforzar a las tropas sublevadas), o el largo listado de alcaldes franquistas que no fueron elegidos democráticamente.

Para Sonia Alastruey, coordinadora del Ligallo de Lugar de CHA-Uesca, “resulta lamentable que mientras en muchos municipios durante estos últimos años se ha dado cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica o de Memoria Democrática de Aragón, para democratizar el callejero, un Alcalde del PSOE, el de Huesca, no dé ningún paso en esta línea”.

Por ello desde Chunta Aragonesista consideramos imprescindible y urgente la elaboración de un informe, con el concurso de historiadores cualificados, que analice los nombres de calles y plazas cuyos nombres sean susceptibles de modificación por incumplir la legislación vigente.

Alastruey considera que “es hora de cumplir la ley y de que la ciudadanía perciba signos evidentes de readaptación a los nuevos tiempos, lo cual requiere un activismo social orientado a desmitificar estereotipos y verdades dadas que ninguna institución democrática debe avalar por mucho que estén arraigadas en la cultura dominante, y por ello en Huesca no se  puede honrar ni dignificar a personas e instituciones que persiguieron a quien defendía la libertad y la democracia”.



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