Intervención de José Luis Soro en la sesión de investidura del Presidente del Gobierno de Aragón

Gracias Señor Presidente. Buenas tardes, Señorías. 

Hace dos días, otra mujer fue asesinada, víctima de la violencia machista. Otra más. Una menos. Solo por eso, por dejar fuera de cualquier responsabilidad de gobierno a partidos que frivolizan, banalizan e, incluso, niegan la grave lacra de la violencia machista, debemos estar muy satisfechos con el Gobierno que estamos a punto de conformar en Aragón. Un Gobierno feminista. 

Señorías, es para mí un honor inmenso volver a intervenir en este Pleno como Portavoz del Grupo Parlamentario Chunta Aragonesista, tras la anterior Legislatura en la que mis compañeros Gregorio Briz y Carmen Martínez (cuya brillante labor quiero agradecer públicamente) estuvieron integrados en el Grupo Mixto.  

En las elecciones autonómicas del pasado mayo, Chunta Aragonesista obtuvo un gran resultado, sin duda porque se valoró positivamente nuestra acción en el Gobierno de Aragón. La ciudadanía la percibió como útil y en línea con la defensa de sus intereses. Hemos demostrado que CHA cumple, que somos de fiar. 

Incrementamos los votos un 37%, llegando casi a 42.000. Dieron su confianza a CHA 41.879 personas, a las que no vamos a defraudar: 41.879 motivos para seguir trabajando muy duro para construir en Aragón el mejor lugar para vivir, como digo muchas veces. 

Ese aumento de votos nos permitió recuperar el diputado por el Altoaragón y, algo muy importante, el Grupo Parlamentario perdido en la anterior Legislatura. Y, además, convertirnos en el quinto partido en un parlamento integrado por ocho fuerzas políticas. 

Señorías, convendrán conmigo que las elecciones dejaron un escenario político muy complicado de gestionar. Desde el día siguiente, en Chunta Aragonesista nos propusimos dos objetivos, complementarios y coherentes con lo que habíamos expresado durante la campaña electoral: 

– Evitar un gobierno apoyado por Partido Popular, Ciudadanos y Vox (a estas alturas sabemos muy bien lo que hacen esos tres socios cuando gobiernan juntos). 

– Y evitar una nueva convocatoria electoral, que habría sido un fracaso de todos los partidos, un fracaso incomprensible e inaceptable para la ciudadanía. 

A la vista del fiasco político escenificado en el Congreso de los Diputados la semana pasada, ambos objetivos no podrían ser más actuales y necesarios. Y, desde Chunta Aragonesista, vemos con satisfacción que, a pesar de las dificultades, las cosas finalmente se han desarrollado como planteamos nosotros desde el principio. 

Permítanme, en un día tan especial como hoy, agradecer a la militancia de Chunta Aragonesista, a mis compañeros y compañeras del partido en el que llevo militando media vida, la madurez política y la responsabilidad que han tenido al tomar la decisión de facilitar la gobernabilidad, como siempre, pensando en Aragón. Cada vez me siento más orgulloso de ser militante de CHA. 

Y, también, la decisión –valiente y determinante– del Partido Aragonés de distanciarse del bloque de la derecha. Una decisión que vuelvo a agradecer públicamente al señor Aliaga, y que abrió una ventana de oportunidad. 

Supuso la posibilidad de explorar un gobierno alternativo, un gobierno con vocación de desarrollar políticas aragonesistas y de progreso. Una posibilidad de oro, que no podíamos permitirnos desaprovechar. 

Hacerlo realidad no era fácil, por supuesto. Pero con voluntad y buena fe no hay retos imposibles. Requería de altas dosis de responsabilidad, de altura de miras, de generosidad por parte de los cinco partidos llamados a construir esa alternativa: el Partido Socialista, Podemos, Chunta Aragonesista, el Partido Aragonés e Izquierda Unida. 

De los cinco, porque esto no es aritmética, es política, y todos los votos son importantes. No es una cuestión cuantitativa, sino, sobre todo, cualitativa. 

En política es esencial saber interpretar la realidad y entender qué es lo importante, lo prioritario, y qué es lo accesorio, lo renunciable. Solo así pueden tomarse las decisiones correctas. 

Y, tras dos largos meses, hoy estamos a punto de culminar el proceso con la investidura del candidato del partido que ganó las elecciones, del señor Lambán, que tendrá la oportunidad de conformar ese Gobierno aragonesista y de progreso del que hablaba. Un Gobierno capaz de situar a Aragón en una situación ventajosa para afrontar con éxito nuestros retos colectivos de futuro. 

Porque esto es lo que Aragón necesita en este momento; es lo que nos reclaman la gran mayoría de los aragoneses y aragonesas a quienes estamos en política: que seamos capaces de sumar, de colaborar, de dejar a un lado nuestras discrepancias (que las hay, por supuesto) y poner en valor lo que nos une (que es mucho). 

La ciudadanía no quiere ir a votar de nuevo en unos meses. Porque ya ha cumplido con su parte. No se lo merece. Es obvio que, ahora, debemos ser nosotros, los políticos, los que cumplamos también con nuestra parte. Y eso pasa por conformar ya un Gobierno. 

Les aseguro que, desde Chunta Aragonesista, a lo largo de estas semanas hemos puesto todo el empeño y la mejor energía para conseguirlo. Y nos hemos centrado en hablar de proyecto político, de medidas programáticas, en definitiva, de cómo podíamos ser útiles para mejorar el día a día de la gente. 

No era el momento de hablar de cargos y puestos. Porque, haciendo eso, solo se consigue bloquear las negociaciones y generar frustración; solo se ahonda la brecha entre los políticos y el electorado, y eso es letal para la democracia. 

Cuando se hace eso, la supuesta nueva política huele a vieja. Nuestra apuesta es por la buena política, esa que piensa en la gente, que genera confianza y nos reconcilia como sociedad. 

Por mucho que digan algunos, votar una investidura en base a un acuerdo programático no es regalar el gobierno, en absoluto. La contraprestación por votar una investidura no se mide en sillones en consejos de gobierno, sino en mejoras en la calidad de vida de la gente. Se trata de que salga ganando la ciudadanía, no un partido determinado. Y, en Aragón, estamos a punto de conseguirlo. 

Tenemos cultura de pactos, somos el País del Pacto. En ocho de las nueve Legislaturas anteriores se conformaron gobiernos de coalición. No tenemos tradición de mayorías absolutas ni de gobiernos monocolores. 

Y eso no es un problema, todo lo contrario: es algo muy positivo y muy fructífero, porque desde la colaboración de partidos distintos se desarrollan las políticas públicas más beneficiosas para la ciudadanía. El Gobierno de coalición entre el Partido Socialista y Chunta Aragonesista de la pasada Legislatura ha sido un gran ejemplo de ello. 

En el futuro, los gobiernos serán plurales y transversales. Más vale que nos vayamos acostumbrando a esa realidad. Las urnas han roto –creo que definitivamente– la política de bloques que habíamos conocido hasta ahora. 

Y es que el pueblo aragonés, al que representamos en estas Cortes, es plural y diverso, no es monolítico, y eso le enriquece. Le hace mejor. 

El primer diputado aragonesista en las Cortes Generales, Emilio Gastón, justo en su primera intervención en el Congreso de los Diputados el 14 de julio de 1977 (hace 42 años), se refirió precisamente a ese pluralismo. 

Dijo Emilio Gastón: “Sabemos que existe un pluralismo ideológico de gama muy amplia, tanto en función de las ideologías humanas, como de las bases geográficas o territoriales”. 

Expresaba los dos parámetros principales en los que se mueven esas diferencias ideológicas. El eje derecha–izquierda (plenamente vigente, y cada vez más), con una izquierda que, a sus propuestas tradicionales (en materia económica o social), ha incorporado valores fundamentales como el feminismo, el ecologismo, el laicismo o el memorialismo. 

Y, en segundo lugar, la visión territorial, la concepción sobre la estructura del Estado: la tensión entre posiciones centralistas y homogeneizadoras, por un lado, y, por el otro, quienes defendemos el derecho colectivo al autogobierno, entendido no solo como resultado de la historia, sino, sobre todo, como garantía de los derechos sociales del estado del bienestar. 

El autogobierno como instrumento para construir un futuro de solidaridad y justicia social. 

Pues bien, la votación que tendrá lugar esta tarde refleja ese pluralismo, entendido en positivo, como una oportunidad y un valor a preservar, y no como un problema. Hay que saber tratarse en la diferencia, saber defender tus posiciones, pero también ceder. Porque, si se quiere, siempre es posible llegar a un acuerdo. 

Que cinco partidos políticos diferentes, con discrepancias notables en cuestiones relevantes, que nunca habíamos sumado nuestros votos en una decisión de tanta trascendencia, estemos a punto de votar al mismo candidato, es para que los aragoneses nos sintamos muy orgullosos. 

Desde Aragón estamos dando un gran ejemplo de buena política, de política entendida como trabajo de cooperación en beneficio del interés general. Hoy inauguramos la vía aragonesa de gobernanza. 

Como hemos visto esta mañana, solo desde el sectarismo, el fundamentalismo y el resentimiento de algunos, puede criticarse este esfuerzo por atenuar las discrepancias y acentuar los puntos de encuentro, con el objetivo común de mejorar la vida de los aragoneses y aragonesas. 

Precisamente sobre la base del respeto mutuo a nuestras diferencias, hace cuatro años el Partido Socialista y Chunta Aragonesista firmamos un primer Acuerdo de Investidura, que fue el germen de un Gobierno que ha sido muy positivo para la ciudadanía. Hoy Aragón está mucho mejor que hace cuatro años. 

El pasado 19 de julio, los mismos partidos reeditamos y actualizamos ese Acuerdo de Investidura, plasmado en 50 prioridades para que el futuro Gobierno de Aragón desarrolle políticas aragonesistas y de progreso. 

Un Acuerdo de custodia del autogobierno y del estado del bienestar, en un momento de grave amenaza de involución tanto en lo territorial como en lo social. Y –me atrevería a decir– en lo humano, porque hay partidos que pretenden retrotraernos a tiempos que parecían ya olvidados, que cuestionan elementos básicos de convivencia y tolerancia que considerábamos pacíficos en el avance de la sociedad. 

El medio centenar de medidas de ese Acuerdo de Investidura giran en torno a tres grandes objetivos comunes: 

– Desarrollar el autogobierno y la calidad democrática de Aragón. 

– Situar a Aragón en la vanguardia de los derechos sociales. 

– Y avanzar hacia un modelo económico en el que primen la justicia social y la transición ecológica; solo así el crecimiento económico será beneficioso para todas las personas y respetuoso con el planeta. 

Prácticamente todas las medidas que pactamos entre PSOE y CHA en ese Acuerdo de Investidura previo se han incorporado al Acuerdo de Gobernabilidad acordado, además, con Podemos y el Partido Aragonés. De esta manera, desde CHA hemos aportado al acuerdo global nuestra visión aragonesista y progresista. 

Quiero dar la enhorabuena por su trabajo a los equipos negociadores de los cuatro partidos –de los cuatro–, que han hecho posible un hito histórico para Aragón. 

Ese acuerdo a cuatro garantiza no solo la investidura del señor Lambán, sino, fundamentalmente, la estabilidad política y la gobernabilidad de Aragón para los próximos cuatro años, unos años que van a ser cruciales. 

En primer lugar, queremos que Aragón tenga el peso y la influencia que le corresponden en el conjunto del Estado. Y, para eso, necesitamos un Gobierno que se crea Aragón y que asuma el liderazgo. No queremos para Aragón un Gobierno dócil, queremos un Gobierno que defienda con firmeza nuestros intereses ante el Gobierno central. 

Y, para eso, es necesario que funcionen, de forma fluida, todos los instrumentos y mecanismos de relación bilateral entre Aragón y el Estado previstos en el Estatuto. 

Y es, también, vital que el futuro sistema de financiación autonómica incorpore, pero de forma determinante, las variables previstas en nuestro Estatuto: envejecimiento, dispersión, baja densidad de población, desequilibrios territoriales, esfuerzo fiscal. 

Porque sin recursos suficientes y sin autonomía financiera no hay verdadero autogobierno político. Y eso solo lo conseguiremos con la firma, por fin, del Acuerdo Bilateral Económico–Financiero con el Estado, previsto, desde hace más de tres décadas, en nuestro Estatuto. 

El Acuerdo de Investidura contiene más medidas incorporadas al Acuerdo de Gobernabilidad a cuatro: el desarrollo de la Ley de Actualización de los Derechos Históricos de Aragón (que todos los partidos firmantes apoyamos y que, salvo una cuestión muy concreta, el Tribunal Constitucional ha acordado mantener en vigor); la defensa de nuestras lenguas, fomentando su protección, recuperación, enseñanza, promoción y difusión; o el retorno de todos los bienes expoliados. 

Y, para mejorar la calidad democrática de Aragón, hemos acordado suprimir el aforamiento de los miembros de las Cortes y el Gobierno de Aragón, y reforzar dos instituciones esenciales para la calidad de nuestra democracia: el Justicia de Aragón y la Cámara de Cuentas. 

Y, también, garantizar en los actos públicos y dependencias del Gobierno el principio de aconfesionalidad, y desarrollar la ley de Memoria Democrática de Aragón. 

Es prioritaria la lucha contra la despoblación, un problema que genera desigualdad y lastra nuestro futuro. Por eso, hemos pactado ejecutar todas las medidas previstas en la Directriz Especial de Política Demográfica y contra la Despoblación aprobada en la pasada Legislatura, y exigir financiación suficiente tanto a España como a Europa. Para eso nació la Unión Europea, para construir una Europa de las personas y de los pueblos, equilibrada y solidaria. 

En materia social, hemos acordado garantizar a todas las personas un mínimo vital digno, y el acceso a los servicios públicos de salud en condiciones de igualdad, universalidad y calidad; culminar los nuevos hospitales de Teruel y Alcañiz y el resto de infraestructuras sanitarias; reducir las listas de espera sanitarias, a través de soluciones estructurales, y las listas de espera de la Dependencia, exigiendo al Gobierno central que cumpla con sus obligaciones de financiación; desarrollar la Ley de Derechos y Garantías de las Personas con Discapacidad; o impulsar las políticas de cooperación al desarrollo. 

En materia de educación, sin duda la clave es alcanzar un Pacto, plasmado en una Ley aragonesa de Educación, sobre las Bases pactadas por todas las fuerzas políticas en la pasada Legislatura. 

También es prioritario desarrollar el Pacto por la Ciencia, del que tan orgullosos debemos sentirnos, y seguir apoyando a la Universidad. Y consolidar una financiación pública de la cultura suficiente. 

Las políticas de vivienda seguirán siendo una prioridad. Debemos seguir garantizando una alternativa habitacional a toda persona que se vea privada de su hogar, y aprobar una Ley que garantice, de forma efectiva, el derecho a una vivienda digna y adecuada. 

Para alcanzar ese modelo económico en el que primen la justicia social y la transición ecológica del que hablaba antes, el Acuerdo contempla numerosas medidas: impulsar los proyectos sostenibles desde los puntos de vista social, medioambiental y económico; desarrollar soluciones para las Cuencas Mineras; implementar la Estrategia Aragonesa contra el Cambio Climático, e impulsar una Ley aragonesa con esa finalidad; formular las Directrices Territoriales de las Comarcas de Montaña; reformar la PAC; o garantizar el diálogo social y la participación institucional de los agentes sociales. 

En materia fiscal, se plantea impulsar un sistema tributario justo, inspirado en los principios de igualdad y progresividad; establecer una fiscalidad diferenciada en las zonas afectadas por la despoblación; potenciar la lucha efectiva contra el fraude fiscal; o sustituir el ICA por otra figura tributaria. 

El Acuerdo de Investidura contiene medidas para apoyar a los pequeñas y medianas empresas y los emprendedores y autónomos, y para crear empleo para los y las jóvenes. Y, por supuesto, para acabar con la brecha salarial y el techo de cristal que sufren las mujeres en Aragón. 

Es un acuerdo feminista. Compartimos también como objetivo prioritario la lucha sin cuartel contra la violencia machista, y nos comprometemos a combatirla a través de las medidas previstas en el Dictamen de la Comisión Especial de estas Cortes. 

Igualmente, nos hemos comprometido a desarrollar todas las previsiones contenidas en la Ley de Igualdad de Oportunidades entre Mujeres y Hombres, y en dos leyes muy importantes. aprobadas el año pasado y que han supuesto un gran avance colectivo como sociedad: la Ley LGTBI y la Ley Trans. 

No basta con que estas Leyes estén publicadas en el BOA: hay que cumplirlas íntegramente para que avancemos hacia la igualdad real. 

En el Acuerdo de Investidura rechazamos de forma taxativa cualquier trasvase del Ebro. Debemos actuar con contundencia ante la más mínima agresión al principio de unidad de cuenca. 

Es un acuerdo profundamente municipalista. Contempla la necesidad de impulsar una Ley estatal de financiación municipal estable y objetiva, y de aprobar una Ley aragonesa de participación de los municipios en los ingresos de la Comunidad Autónoma. 

En materia de infraestructuras, nos comprometemos a seguir impulsando la reapertura de la línea internacional de Canfranc, que nunca había estado tan cerca, y el Corredor Cantábrico–Mediterráneo de altas prestaciones por Teruel; a exigir los desdoblamientos de la Nacional II y la 232, y la liberación de los peajes; y a ejecutar un plan de conservación y renovación de la Red Autonómica de Carreteras. 

Este es un resumen de las medidas incluidas por iniciativa de Chunta Aragonesista en el Acuerdo de Gobernabilidad. Por supuesto, el acuerdo se ha enriquecido con propuestas del resto de partidos, para alcanzar un mínimo común en beneficio de las aragonesas y aragoneses. 

Porque, ahora, toca pensar en Aragón, pero con visión de Estado y vocación europeísta. Hace dos meses, este Gobierno parecía una utopía, pero hemos sabido empujar, reunión tras reunión, hasta conseguir la mejor opción de gobierno posible tras los resultados del 26 de mayo. 

Es el momento de la sociedad. Desde la política tenemos que escuchar a la calle y hacer política en el mejor sentido de la palabra. 

No es momento de obsesionarse con intereses partidistas ni con futuros réditos electorales, sino de trabajar juntos para construir un Aragón mejor. Ese, sin duda, será el objetivo del futuro Gobierno. 

Sabe, señor candidato, que cuenta con toda la lealtad, la responsabilidad y el amor por Aragón de Chunta Aragonesista. 

Quiero acabar con un texto de Emilio Gastón, al que citaba al principio. Justicia de Aragón, diputado constituyente, abogado, poeta… pero, sobre todo, nubepensador. Uno de los aragoneses más grandes. 

En 1995 publicó este libro: “Manifiestos”. El primero de esos manifiestos se titula “Aragón Estado”. Con él termino mi intervención. 

ARAGÓN: 

Padrazo desastrado, desmemoriado, pobre, sometido y sumiso: Te queremos. 

Duro y abandonado, carente de importancia, dado de baja de conciencia por la política española, permaneces conforme. 

No cuentas, no molestas, no computas. 

Pero tienes un dejo universal, un sueño grande por encima de sectas y obediencias, una genial historia que aflorará pujante cualquier día manifestando tu derecho, tu razón natural, tu desidentidad maravillosa. 

ERES UNA ENTELEQUIA, un sentimiento utópico, un despropósito durmiente. 

Sin mucho fundamento, tenemos la esperanza de que un día despiertes y levantes tu voz tan callada, levantes nuestras manos unidas y rebeldes contra ese trato inicuo, felipesecundario, que recibes. 

Tienes una naturaleza imprevisible, exuberante de matices, cambiante a cada paso geográfico, heterodoxa, bella, promisoria. 

PERO ESA CRIATURA QUE SENTIMOS, NO ERES TÚ, Aragón. Hay que buscarte en otro sitio, en otra esencia diferente, por otras ideas, por otros proyectos. 

UN ARAGÓN–ESTADO CON PENSAMIENTO PROPIO, consorte de una España federal, creador de derecho, defensor de justicia, partícipe fraterno de un mundo solidario. 

Libre como tu viento. 

Muchas gracias.




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