Joaquín Palacín trata con su homóloga navarra asuntos relativos a la mina de Potasa y sus posibles repercusiones en Yesa

El director general de Ordenación del Territorio, Joaquín Palacín, se ha reunido en Pamplona con su homóloga en Navarra, la directora general de Medioambiente y Ordenación del Territorio, Eva García Balaguer, para hablar de los proyectos que afectan a Navarra y Aragón, como son el recrecimiento de Yesa y la mina de Potasa. 
En el transcurso de la reunión, Joaquín Palacín, ha informado sobre las repercusiones medioambientales y sísmicas y ha señalado que “es preciso contar con un informe sismológico de la zona para descartar futuros movimientos que podrían afectar tanto a la zona de la mina de Potasa proyectada en Javier-Sangüesa (Navarra) y Undués de Lerda y Urriés (Aragón), como la parte que pudiera afectar a Yesa, obra de recrecimiento que ya ha planteado muchos problemas con respecto al deslizamiento continuo de las laderas y en la que se está llevando a cabo una inversión estratosférica y sin ninguna garantía”. 
Palacín ha recordado que las voces contrarias al proyecto de mina de Potasa se han venido multiplicando. Desde el Gobierno de Aragón se ha emitido un informe en el que se pide más información sobre el proyecto. 
El director general ha trasladado a su homóloga navarra que en el estudio de la Dirección General se señala que la zona de explotación, proyectada a superficie, engloba 1.742 hectáreas y que para acceder a las instalaciones hay que construir un nuevo vial de casi dos kilómetros de longitud que parte de la carretera NA-5410, por el cual circularían 39 camiones a la hora en los meses de enero, febrero, octubre, noviembre y diciembre; y 10,5 en el resto. 
Para el normal funcionamiento de la mina, explica el documento realizado por la Dirección General de Ordenación del Territorio, se tendrá que construir una Línea Aérea de Alta Tensión de 66 kV. Además, el total de agua demandada por la mina es de 819.784 metros cúbicos anuales o 93,6 metros cúbicos a la hora. 
Joaquín Palacín ha indicado que las conclusiones del informe sobre la mina de Potasa que se ha elaborado de Ordenación del Territorio (que depende del departamento de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda que gestiona CHA) encuentra una serie de deficiencias. Por ejemplo que Undués de Lerda está a menos de 300 metros del área interior de la explotación minera y a 1,5 kilómetros, aproximadamente, de la bocamina, por lo que “es probable que sus habitantes sufran molestias durante la fase de explotación derivadas del polvo, ruidos y vibraciones” ha explicado Palacín. 
Apunta también el texto el hecho de que en la documentación aportada por Geoalcali no se haga alusión a la sismicidad de la zona y al estudio “de las repercusiones que podría tener la explotación que se propone sobre la misma, cuestión que cabría introducir en el estudio de impacto ambiental”. 
En el proceso productivo, señala el documento, se va a utilizar una gran cantidad de agua y “no se justifican convenientemente los medios empleados para la depuración de las aguas sobrantes empleadas en el proceso (…) ni las medidas adoptadas para evitar que ante accidentes o situaciones puntuales climatológicamente adversas, el desbordamiento de las balsas de agua salinas y de las empleadas en el proceso puedan llegar a contaminar y salinizar los suelos y el agua de los cauces cercanos”. 
Ante todo esto, Palacín ha explicado que hay serias dudas sobre el impacto medioambiental y territorial del proyecto y ha explicado que “sobre el proyecto de mina de Potasa, desde el Gobierno de Aragón queremos que se tengan en cuenta las afecciones medioambientales y de seguridad que se pueden producir no solo en la zona, sino también en las obras del recrecimiento de Yesa y en el propio embalse”, obras las de Yesa ante las que el director general ha sido siempre crítico. 
Joaquín Palacín ha reconocido que “es nuestra responsabilidad velar por la seguridad y los intereses de Aragón”.


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