Visita a las obras de restauración y conservación de la iglesia de Castilsabás

Tal y como señala la directora general de Vivienda y Rehabilitación, Verónica Villagrasa, “los trabajos contemplados en el proyecto de las obras de restauración y conservación de la iglesia parroquial de San Antonio Abad de Castilsabas, se centran en la estabilización de las bóvedas y fachadas de la nave central y laterales, mediante la ejecución de zuncho de coronación en nave central y laterales, colocación de tirantes, aumento del canto del arco fajón, encamisado de bóvedas, realización de costillas en el trasdós de las bóvedas, ejecución de una nueva estructura portante de la cubierta y tablero y la colocación de material de cobertura”.

La actuación se ajusta al proyecto redactado por el arquitecto D. Luís Galicia Berges, por encargo de la Dirección General de Vivienda, e importe de 10.079,30 €. El proyecto fue adjudicado a la empresa DAMARIM, S.L. por 227.257,90 €, y un plazo de ejecución de seis meses. La obra es cofinanciada por el Gobierno de Aragón y el ayuntamiento de Loporzano, correspondiendo abonar el 85% del importe de la ejecución de las obras al Gobierno de Aragón (191.469,21 €), y el resto, 33.788,68 € (15%) al ayuntamiento de Loporzano.

La iglesia parroquial de San Antonio Abad, en Castilsabás, es un edificio de tres naves en planta rectangular. Los cinco tramos están cubiertos con bóvedas de lunetos en la central y de arista en las laterales, la separación de las naves es mediante pilastras. Tiene el coro a los pies y la torre forma parte del frente de fachada, situándose en el lado del evangelio, es de sillería constando de dos cuerpos cúbicos rematados por chapitel octogonal.

Previamente a la intervención, el edificio se encontraba en mal estado de conservación, con afección en muros, bóvedas y cubiertas. Las bóvedas se hallaban dañadas por efecto de la rotura de elementos portantes de la cubierta, provocando fuertes humedades, agravadas en las bóvedas de arista de la nave lateral, del lado de la epístola, a consecuencia de los empujes en su muro de cierre. Tal muro de cierre presentaba abombamientos, falta de conexión de sus hojas, agrietamientos por los empujes debidos a los desplomes de los muros.

Villagrasa ha explicado que ” puntualmente ya se había producido la ruina parcial de bóvedas y forjados de las capillas laterales y construcciones anexas”. También se observaban fuertes humedades debidas a las filtraciones de agua a través del muro. Los revestimientos de las bóvedas presentaban un estado de degradación avanzado por efecto de las filtraciones de agua. La torre, requeriría actuar en su reparación y consolidación del chapitel y escalera de acceso, pudiéndose observar movimientos en las claves de los huecos del campanario por el peso transmitido por el chapitel.



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