Y la descentralización, ¿era un bulo?

José Manuel Salvador, secretario territorial de Chunta Aragonesista en las comarcas turolenses

En estos tiempos, con la incesante sobredosis de información que llega a nuestros dispositivos, donde a los tradicionales medios de comunicación se unen, masivamente, todo tipo de redes sociales, se generan diariamente un cúmulo tal de informaciones y desinformaciones, opiniones a favor y a la contra, que el seguimiento del tema resulta imposible por parte de cualquier persona.

Tratemos de buscar el hilo de una cuestión concreta que atañe a este artículo: la candidatura de Teruel a ser la sede la Agencia Espacial.

La capital turolense aúna todas las condiciones precisas para ser merecedora de acoger la A.E.E. Existe un amplio y entusiasta respaldo ciudadano, un consenso político sólido, tan difícil de conseguir en estos lares, y el impulso decidido del propio Gobierno de Aragón.

Elementos diferenciadores de la candidatura turolense son la actividad investigadora del Centro de Estudios de Física del Cosmos de Aragón, la experiencia aeroespacial del aeropuerto de Teruel, así como la calidad de los cielos turolenses reconocida mediante certificación “Starlight”. Además, existe la necesidad de compensar esa “deuda histórica” con estos territorios tan olvidados durante siglos por parte de los poderes del Estado.

De este modo, cuando se publicó en el B.O.E. , el pasado mes de marzo de este mismo año, un Real-Decreto por el que se establece “el procedimiento para la determinación de las sedes físicas de las entidades pertenecientes al sector público institucional estatal y se crea la Comisión consultiva para la determinación de las sedes”, daba la sensación de comenzar un nuevo proceso , de asistir a un cambio de rumbo de la Administración General del Estado, tan apegada a Madrid, donde, por fin, se tuviera en cuenta la auténtica realidad territorial de zonas como Teruel.

El preámbulo del texto normativo expone claramente la apuesta por “potenciar el papel vertebrador de las instituciones públicas en el conjunto del territorio”. Indica además un criterio que compartimos desde CHA dado que “está acreditado que las instituciones públicas ejercen un papel extremadamente beneficioso en los entornos físicos en los que se ubican. Además de contribuir a la creación de empleos directos e indirectos…”

Por otro lado, el pasado mes de septiembre se publicó en el Boletín Oficial del Estado la reforma de la ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, donde se incluye la creación de la Agencia Espacial también recogida en la Estrategia de Seguridad del Estado.

Teníamos el marco legal adecuado y las herramientas para hacer posible el lema: “De Teruel al cielo”.

Sin embargo, hace apenas unos días, se conoció, públicamente, que detrás de la teoría se escondía una realidad no deseada. De la esperanza a la desilusión. Los criterios específicos esgrimidos por la Comisión consultiva para la determinación de la sede de la futura Agencia Espacial penalizan a las zonas rurales y perjudican a la candidatura de Teruel, hasta tal extremo que la dejan prácticamente sin opciones.

Se piden, como alguno de los requisitos, lo que se le ha negado a Teruel durante décadas, como la conexión ferroviaria de Alta Velocidad y se demanda un aeropuerto internacional cercano con vuelos comerciales, lo que ahonda en la brecha rural-urbana.

Es necesario un cambio de criterio por parte del Gobierno de España porque de otra manera la descentralización anunciada se quedará en un “bulo-político” más, como los que tan lamentablemente abundan en estos tiempos…



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